viernes, 17 de octubre de 2008

Polvorilla y el mar

De su infancia marinera
le quedó
el salino azabache
en la mirada.

Se elevo de entre la espuma,
tierra adentro,
como vilano frágil,
sobre el viento.

Quiso echar raíces
en la tierra
pero murió la raíz
tras dar su fruto.

Ahora vuela el corazón
hacia su origen,
el mar, siempre el mar,
en su cabeza,
esperando que lleguen
buenos vientos
que unan cuerpo y mente
en ese anhelo.

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