viernes, 17 de octubre de 2008

CALEIDOSCOPIO

El viento acerca a mis oídos
rumor de caracolas
que besan la playa.

El rocío de los juncos
pone en mi cara perlas irisadas,
frescas como mañanas de invierno.

Las gaviotas, veleros de los sueños,
se acercan a la orilla,
vienen buscándolos para llevarlos
al país de las nubes.

Las olas de seda se recrean
en mis pies simétricos,
entregando su trozo de eternidad,
y avergonzadas se esconden.

Mas tarde, el sol se enfurece
y muestra su cólera roja,
pura envidia de la pálida Selene.

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