viernes, 17 de octubre de 2008

El corazón en la palabra

No es mi boca quien te habla,
Sino el silente sonido de mis dedos,
Ni mi voz de tonos andaluces
Quien pone en tus ojos mi palabra.

Son tus ojos los que mueven los latidos
De un corazón herido de alegría,
Al que basta una palabra, un gesto apenas,
Para sentirse vivo todavía.


No te canses nunca de escucharme,
Entre tanto rumor de caracolas
Que acercan el mar a tus oídos,


Es tu voz la que hace desnudarme
El alma ante ti, sin más abrigo
Que el calor de tu voz, de tus palabras.

No hay comentarios: