viernes, 28 de mayo de 2010

HASTA SIEMPRE , AMIGA

Apenas pasaban las ocho de la mañana cuando me comunicaron que te habías ido. No por esperada, la noticia de tu muerte me vino grande. Y pensé: "Juanjo, te has quedado aún mas solo". Y es que Mari Tere ha sido de esos/esas cofrades que dejan una huella imborrable entre los que tuvimos la suerte de tratarla y de quererla. A una profunda fe cristiana, lejos de histrionismos y vanidades, se unía en ella un poco frecuente sentido común. De su devoción por esa Esperanza motrileña, de su entusiasmo por engrandecer la Semana Mayor de nuestra ciudad, de su carácter férreo, pero a la vez de exquisito trato, los que la conocimos podemos dar fe. En lo personal, mi eterno agradecimiento por darme la oportunidad, durante su mandato al frente de la Agrupación de Cofradias, de pronunciar el Pregón Oficial de la Semana Santa de Motril. La última vez que pude hablar con ella acababan de diagnosticarle el mal que se la ha llevado, y en su cara dulce y amable de siempre noté preocupación, aunque nos manifestó a mi hermana May y a mi su intención de vencer a esa fiera que ya llevaba dentro. Después de aquel dia he conocido su lucha con la enfermedad, y cómo no, la dedicación de samaritano de su amigo del alma, Pepe, que ha estado acompañandola hasta el final. Para los que creemos que la vida no se acaba aqui, es un consuelo, una Esperanza, el saber que a partir de hoy Mari Tere estará dedicando sonrisas en la casa celestial de hermandad de Jesús Nazareno a tantos amigos que la precedieron, ¿verdad Juanjo?, menuda fiesta habrán montado entre Antonio, Fátima, el Chico y ella. A los que nos quedamos nos quedarán los recuerdos preciosos de una amiga de verdad.

martes, 4 de mayo de 2010

A LA VIRGEN DE LA AMARGURA



De Amargura amarga hiel
desborda el llanto de tus ojos.
Olor de cirio y clavel...
por un sendero de abrojos
vas en la noche tras Él.

La Virgen de la Amargura
lleva una pena tan grande
que va regando dolores
que en el alma no le caben.

¡Oh! Madre de la Amargura
llena de dolor las calles
que los pechos motrileños
para guardarlo se abren.

Amarguras de tu alma
repártelas como Madre,
dame un poco de tu pena
si quieres que yo me salve,
que el dolor de tus dolores
mi alma también abrase
que quiero sufrir contigo
para aprender a adorarte.

Yo quiero de tu amargura
el dolor que quieres darme
porque quiero ser yo tu hijo
para que tu seas mi madre.

La Virgen de la Amargura
lleva una pena tan grande
que va regando dolores
que en el alma no le caben.