martes, 21 de octubre de 2008

Pregón de las Glorias de Maria 2002


PREGON DE LAS GLORIAS DE SANTA MARIA MADRE DE DIOS



Hermano Mayor, Junta de Gobierno, hermanos de mi barrio de Capuchinos, amigos todos.

Antes que nada deseo dar las gracias a mi amigo David por esas palabras de presentación, palabras que nacen, mas que de su bien labrado saber de las cosas y de las gentes cofrades de Motril, de una amistad que arrancó cuando él, apenas un niño, tuvo el gozo y el acierto de ofrecernos aquel primer Pregón de la Juventud cofrade, y en cuya ejecución ya podíamos adivinar que ese pequeño e incansable “preguntador” llegaría a ser, como es hoy, un profundo conocedor de la Semana Santa y un comunicador elocuente y apasionado de las vivencias cofrades; gracias amigo, hermano, desde nuestra común cuna, donde a ambos nos apresó con lazos de seda el Perdón y conocimos y amamos su Misericordia.

Un día cualquiera del pasado invierno se me propuso hacerme cargo de la tarea que hoy me ocupa, y no dudé un instante en aceptar esa propuesta. No podía ser de otra forma. Quien hoy os habla vio la luz por vez primera un poco más arriba de éste lugar, en la motrileñísima y entrañable Rambla de Capuchinos; jugó a las bolas y al palimocho en aquellas calles de tierra; se hizo monaguillo de éste Templo, cuando aún le temblaban las manos, de pequeñas, al coger las vinajeras, y aprendió a interpretar los latines en el libro de la sacristía, para tener dispuestos los ornamentos que correspondieran a cada día. Soy por tanto, un hijo de Capuchinos, lo que es decir un hijo de Nuestra Divina Pastora, y como tal me sentí y me siento emocionado al poder proclamar hoy, desde éste querido púlpito, las Glorias de Nuestra Divina Madre. Mi gratitud a la Hermandad que me permite contaros mis sentimientos hacia nuestra Madre.

El hombre creó un piropo,
el más hermoso de todos,
quiso dedicarlo a Ella,
a nuestra Madre, María,
y cual cuentas de un Rosario
le cantó su Letanía.
En mi pobre pensamiento
quise recurrir así
a glosar en estos versos
las Glorias de nuestra Madre
tomando como sustento
el collar de los requiebros,
su retrato hecho palabras,
de amorosos sentimientos,
para mi es vano intento,
perdonadme la osadía,
pretender hacer mas bella,
de la Madre, su Letanía.

María, Santa eres en verdad,
pues quiso nuestro Creador
poner en tu alma limpia
semilla de santidad.
Te pensó nuestro Hacedor,
fértil tierra, noble cuna,
a medida de su Amor,
creando la más hermosa,
la Madre de Nuestro Señor.

Eres Virgen, Madre mía,
entre las vírgenes todas,
conservaste tu pureza
por obra del puro Amor,
espejo donde mirarnos
no lo encontrareis mejor.

De pequeños lo aprendimos,
que no hay más hermosa flor,
aquella de ojos divinos,
la Madre del Salvador.

Puso el Señor en tus manos
toda su Gracia divina,
que derramas en tus hijos,
como azúcar pura y fina.
Dulzura de un corazón
que de almas es Pastora,
cuida siempre de nosotros,
Divina Corredentora.

Siendo Pastora de almas,
eres Madre de la Iglesia,
tus hijos son el rebaño,
tu corazón su cubierta.

Tu alma brilla Purísima,
estrella de la mañana,
alumbras nuestro camino
cuando en la noche te llaman
nuestras almas vagabundas,
perdidas entre las ramas,
tus ojos de luz divina
nos liberan de las zarzas,
y en tus castísimas manos
nos acoges con dulzura,
Madre Divina del mundo,
nos regalas la hermosura
de tu ternura infinita,
y acunas entre tus brazos
la bondad más exquisita.

Inmaculada tu eres
porque así lo quiso Dios,
sin mancha alguna en tu alma,
limpia por el puro amor
concebida sin pecado,
cuna de nuestro Señor.

Amable eres, Señora,
pues amable significa
que eres digna del Amor,
y, si Dios quiso que fueras
Madre de Nuestro Señor,
y Él puso en tu persona
todo su Divino Amor,
nosotros, hijos de Dios,
ponemos entre tus manos,
como ofrenda, el corazón.

Eres la más humilde
sierva de nuestro Dios,
Él te hizo poderosa,
Mediadora de su Amor,
intercesora divina,
peldaño de unión con Dios,
escalera hacia su Altura,
tu clemente corazón
abierto siempre a tus hijos,
nunca niegas tu calor.

Fuiste fiel en esta vida
para con tu Creador,
desde el día en que naciste
hasta que Dios te llamó.

Nos miramos en los santos
que pasaron por la tierra,
todos juntos, con ser muchos,
y grande su santidad,
se pueden comparar contigo
Madre de suma bondad.

Ni Salomón en su reino,
cuya mente tocó Dios,
fue tan sabio en éste mundo
como tu, Madre Divina,
pues siendo cuna de Amor,
Él te regaló sus dones,
morada del Salvador.


Y al encarnarse en tu cuerpo
el fruto del Divino Amor,
fuiste Templo consagrado
del Espíritu de Dios.

Eres del género humano
el honor mas alto y bello
pues siendo hija de los hombres
alcanzaste nuestro anhelo,
ser la Madre de Jesús,
el Salvador, el Maestro.

Con tus palabras quisiste
entregarte a tu Señor,
cuando dijiste al Ángel
hágase cual quiere Dios,
por eso para tus hijos
eres modelo de entrega,
humilde entre los humildes,
grande por tu fortaleza.

Si los antiguos creyentes
guardaban como una perla
las tablas de la alianza
que Yahvé les concediera,
tu guardaste en tu seno
la carne del tiempo nuevo
la causa de nuestro gozo
la Alianza del Eterno.

Recuerdo de mi niñez:
las cuentas del Rosario
son escaleras que suben
al cielo las almas buenas,
y si el Rosario es escala,
Tu, Divina Señora,
eres la puerta del Cielo,
sublime Corredentora.

Cuantas veces acudimos
a tus brazos maternales,
consuelo de nuestras penas,
refugio de nuestros males,
nunca nos niegas tu mano,
tu corazón nos acoge,
tu mirada nos cobija,
Bendita Madre de Dios
siempre estas en nuestras vidas.

Quiso Dios llevarte al Cielo
asumirte en su Grandeza,
hacerte Reina del mundo
coronarte de belleza,
por eso eres la Reina
de todos los que han seguido
los pasos de nuestro Dios,
el Cristo que vive y reina,
Reina de todos los santos,
todos te aclaman por Reina,
pues fue tu vientre la cuna
de la Santidad Suprema.

Hoy te pido, Madre mía,
en éste tu día de fiesta,
que guíes a tu rebaño
por una buena vereda,
Pastora mejor no hay
ni Madre la hay mas tierna,
como la Virgen Maria,
Soberana de este barrio,
donde hasta los pájaros saben
y cantan con dulces trinos
que eres la Madre de todos,
la Reina de Capuchinos.

Muchas Gracias.

Templo de Capuchinos, Motril 12 de Octubre de 2002

José Antonio Morales Rodríguez

3 comentarios:

José Santiago dijo...

Hay que bonito fue ese Pregón, gracias Luigi, un abrazo

Jesús Ortiz dijo...

Gracias Luigi, por apuntarte tan sabiamente a esta agradecida moda de los blogs, porque tus aportaciones, como siempre, serán muy enriquecedoras para todos.

Muchas gracias y en mí tendrás, como siempre lo he sido, un fidelísimo seguidor.

Jesús Ortiz dijo...

Hola compañero. Este comentario es copia del que te he dejado escrito en mi página, al respecto de las rectificaciones hechas al artículo "Jaque Mate al Perdón 3", para que tengas constancia de él en ambos blogs:

"Gracias por las oportunas rectificaciones. Simplemente porque hacen que mi relato se enriquezca con tus apreciaciones. Al respecto de tus comentarios, yo he contado la historia que, a su vez, me relató Manolo Esparrell allá por marzo. De todos modos, como sábiamente dices, tienes más solera cofrade que yo, y eso hace que tus palabras tengan mucho más peso que las que yo pueda expresar. Por eso y porque eres mi AMIGO, y lo sabes. Gacias Luigi."

Un abrazo.